VENTOSAS
Al igual que la acupuntura, las ventosas tratan todo tipo de enfermedades crónicas, nerviosas (depresión, insomnio), dolores, problemas musculares, tendinosos u óseos.
Además, ayudan a lograr un profundo estado de relajación y bienestar. Por el contrario, no deben utilizarse para tratar enfermedades con fiebre, ni cuando el paciente esté inconsciente o en estado de embriaguez. Asimismo, tampoco deberemos aplicarlas sobre el vientre o la zona lumbar de embarazadas.
Podemos usarlas en: resfriados, tos, asma, celulitis, dismenorrea, parálisis facial, entumecimiento de los miembros, contracturas musculares, etc.
Los mecanismos de acción de las ventosas inciden principalmente sobre la dermis, de manera que modifican los intercambios nutricionales de sus células y las de los tejidos subyacentes (sustancia fundamental: fibrocitos, istiocitos, iastocitos y adipositos), provocando siempre una acción local y a distancia de orden reflejo. La iodificación de esta respuesta orgánica dependerá de la fuerza de succión, el tiemp
o de permanencia y las zonas corporales donde se instale.
Cabe decir que los tiempos de aplicación son relativamente cortos en comparación con otras terapias y masajes.
Las ventosas pueden utilizarse de forma aislada, aunque suelen ser combinadas con otras terapias.
La aplicación de las ventosas puede tener diferentes técnicas, fijas o móviles, de retención si se dejan un tiempo sobre una zona determinada o pueden quitarse y ponerse rápidamente…
Una de las complicaciones típicas es la de dejar hematomas (esquemosis) en la piel, en casos de retención o si existe un bloqueo importante que requiere una manipulación intensa. Estos hematomas desaparecen a los pocos días sin dejar secuelas.
La aplicación de ventosas provoca
- Efecto revulsivo (inflamación externa para quitar un problema interno)
- Efecto relajante muscular.
- Efecto analgésico.
- Hiperemia local.
- Eliminación de factores patógenos externos, sobretodo frío y humedad.
- Activación de la circulación de sangre.
- Estimula el metabolismo.
- Regulan el sistema nervioso.
- Aumentan las defensas.
- Mejoran los tendones.